Bertha es orgullosa integrante de la familia que creó la combinación de barros para crear la técnica del “barro blanco”. Aprendizaje que tiene más de 10 años transmitido en 10 hermanos, en donde a su vez se transmiten los conocimientos a sus descendientes, dedicando esfuerzos para preservar la técnica. Ella se inspira en la naturaleza, el mar, las ruinas de las zonas arqueológicas, etc.

Su sueño es que la técnica permanezca como una herencia artesanal y tramitar una visa para mostrar su arte en Estados Unidos.

Luis estuvo en contacto con el barro desde el vientre de su madre. Para él, preservar esta técnica representa enaltecer la herencia y sabiduría ancestral depositada en la técnica del barro negro. Para él, esta técnica plasma un tesoro, un motor para crear historias y vivencias, representando el amor la técnica, su esposa e hijos.

Luis quiere lograr que la artesanía sea valorada por el trabajo, dedicación y talento, detrás de cada creación.

Para Sandy esta técnica ha sido herencia de sus bisabuelos, abuelos, padres y ahora hacia sus hijos. Para ella, realizar piezas de barro es “dejar que la mente hable por medio de los pies al amasar el barro, las manos al plasmar cada forma y el diseño en cada una de sus creaciones”. Sus padres, hijos y esposo, la han acompañado en este proceso desde sus inicios. Sabe que ella y su esposo, son imprescindibles para que su hija de 12 años continúe aprendiendo y explorando su creatividad; así como su otro hijo de 6 años, quien aún juega con barro.

Zenaida lleva 21 años trabajando el bordado a mano y en conjunto con todas las mujeres de su comunidad, mantienen viva la técnica. Para ella significa recordar sus raíces, cultura, tradición y vestimenta. Debido a sus condiciones de vida, se inspiró en buscar cómo innovar la artesanía, impulsando así a otras mujeres.

Zenaida busca generar ingresos económicos para contribuir a mejorar la condición de vida de las familias artesanas en su comunidad.

Erick fue el primer artesano de la familia y empezó a realizar esa técnica por la curiosidad de practicar el arte como una forma de expresión, para así continuar difundiendo la cultura maya. Con más de 17 años como artesano, es experto en la técnica. En la actualidad está enseñando a su descendencia. Para él, el poder convertir una piedra en algún objeto utilitario o de decoración representa una satisfacción indescriptible. Su sueño es que continúe la técnica para cada día seguir mejorando y que sus piezas lleguen a todo el mundo.

Paula viene de una familia en la cual, desde hace más de 70 años, las muñequitas Lele representan sus raíces, ya que cada una es elaborada con amor y cariño. Busca transmitirle a la gente que con tan sólo una muñeca Lele, se puede ser feliz Desea superarse y crear nuevos diseños que mantengan vivas sus raíces.

Eliza cuenta que tejer en telar de cintura es un conocimiento que ha estado en su familia desde hace décadas. Para Eliza, el telar le hace sentir identidad, orgullo, así como la capacidad de plasmar emociones e inspiración en cada pieza. Se inspira en los colores de la naturaleza, su entorno y sobre todo, en la herencia que le brindaron sus antecesores. Su sueño es tener un lugar donde sus piezas puedan ser mejor apreciadas, que se conozca más sobre su artesanía e ir a otros lugares para promoverse. Quiere tener una galería en su casa para poder recibir a muchas personas.

Yess comparte que su mamá comenzó a tejer desde que tenía 6 años, siendo ella quién le enseñó cuando cumplió 12 años; adicionalmente su hermana también comparte el amor por esta técnica, eso las da identidad. Le inspira saber que sus creaciones pueden llegar a otros estados o países; desea que, sus prendas se posicionen en grandes mercados con reconocimiento mundial, así como asistir a exposiciones culturales.

Emperatriz aprendió a hacer huipiles hace 56 años, traspasando este conocimiento desde decenas de generaciones pasadas; en su familia directa otras 2 personas comparten el amor por este arte, sus 2 hijas. Para ella esto significa una herencia ancestral de sus abuelos, donde su inspiración es liderada por la innovación de hacer nuevas piezas.

Emperatriz sueña que sus huipiles sean conocidos en muchos países.

Rolando es la tercera generación que conserva el telar de pedal en su familia, sin embargo, sabe que sus antepasados ya lo hacían muchísimo antes. Son 18 personas las que están detrás de cada una de estas piezas, entre adultos, señores, estudiantes e infancias que están aprendiendo de forma recreativa. Menciona que ser artesano es transmitir tu felicidad, tristeza y alegría del día a día, abriendo las puertas, siendo esto parte de sus creaciones. Menciona que valora mucho la cultura, tradiciones y sabiduría. Le encantaría aprender variantes de telares existentes.

Vero menciona que el telar de pedal lleva 80 años. El telar ha sido modificado, por lo tanto existen algunas técnicas que ya no se utilizan en la actualidad. Para ella el tejido es un legado extraordinario ya que sus hijos son la cuarta generación dedicada a este noble arte; esto les ha permitido vestirse, alimentarse y conocer su cultura a través de la historia.

Busca hacer cosas nuevas, aprender nuevas técnicas que le inspiren crear nuevos proyectos, así como fomentar el gusto de textiles hechos en telar de pedal. Su sueño es tener una galería con un taller para tejer, teñir y hacer acabados más creativos.