Historia
La alfarería de barro surgió como una técnica que ayudó a la humanidad desde el almacenamiento de agua, hasta la preservación de los alimentos.
Si bien, la técnica base no ha cambiado mucho, existen muchas familias que durante generaciones han perfeccionado y modificado la técnica para obtener acabados únicos. Estas piezas son realizadas por la familia Ortiz, Luis obtuvo una mención honorífica por su técnica de bruñido a mano con lijado.
Proceso
Recolección de barro :
Las y los artesanos acuden al cerro por el barro rojo; posteriormente lo limpian de ramas y hojas, para mezclarlo con agua, lo cual es necesario para amasarlo con la consistencia requerida.
Modelado:
Las manos son la principal herramienta de las y los artesanos, con ellas crean la base de la pieza, para poco a poco darle la forma deseada. El movimiento de las manos simula una coreografía caracterizada por un inigualable ritmo y coordinación obtenido por los años de experiencia y pasión por el oficio de la alfarería. En algunos casos utilizan un torno de madera.
Secado:
Una vez creada la forma de la pieza, es necesario dejarla secar un par de horas para darle el detallado final.
Decoración:
Con herramientas manuales finas, se trazan figuras y símbolos.
Horneado:
Las piezas se meten en un horno de leña debajo de la tierra y se dejan ahí hasta que se calientan al “rojo vivo”. Se cubre el horno con lodo fresco para reducir el oxígeno y de esta forma se genere humo negro, el cual se impregna y le da el elegante color negro a las piezas.
El barro no es negro por naturaleza, es hasta el proceso de horneado que adquiere este elegante color.